lunes, 23 de marzo de 2015

Razones

Pelear
Avanzar
Esforzarse

Rendirse

Tantas cosas que me han dicho que haga,
ninguna sin una buena razón,
tantas peleas que se dan en mi,
que creo que voy a morir.

Tanto en que pensar,
tanto por hacer,
tanto por arreglar,
tanto por pelear.

Tanto que olvidar,
tanto por dejar de hacer,
tanto por ignorar,
tanto por dejar de buscar.

-Razor

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No te vayas.

Recuerdos

Son todo lo que tengo ahora
acompañados de un sentimiento de vacío,
solamente los recuerdos de lo que vivimos
y que al parecer nunca más volveremos a hacer.

Cuanto quisiera estar contigo,
abrazarte con todas mis fuerzas y entregarte mi alma,
para que vieras que esta aparente fuerza
no es más que una fachada para ocultar mis heridas.

Es solamente una pintura que cubre el óxido
que mi amargo corazón a acumulado.

-Razor 

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Tlatelolco.

La plaza del General Zabdí, un lugar lleno de dolor y sufrimiento, pero no siempre fue así, hubo un tiempo en el que este sitio era un  símbolo de libertad, de unidad y un recordatorio de de cómo el pueblo de México se levantó una vez más contra sus opresores por ahí del año de 2020, era un recordatorio para todos los ciudadanos de que si se unían eran capaces de lograr lo que sea, por cualquier método, sea cual fuera el que se necesite.

Pero todo eso cambió un día. Era una mañana tranquila, como cualquier otra. Thomas, un oven de unos 15 años que apenas comenzaba su vida en la preparatoria, se preparaba para irse  estudiar, creía que iba a ser un día normal y tenía razones para creer que así sería, las aves cantaban, los perros ladraban y los autos comenzaban a sonar, era una mañana normal. Thomas se vistió, acomodo sus libros en su mochila y, una vez que se despidió de su mamá se fue camino a la escuela.

Al llegar al colegio todo transcurrió normalmente, Thomas entró a todas sus clases y, al final del día se disponía a regresar a casa, pero de repente llegó Mattew, un amigo suyo, quien le dijo que ya era hora, en ese momento Thomas recordó que ese día iban a hacer una marcha solicitando una mejor educación,  las marchas ya no eran comunes en estos días, no se hacían desde el año de 2017, por lo que hacer una resultaría interesante y tendría un gran impacto en la sociedad.

Thomas cogió sus libros y salió corriendo junto con Mattew a reunirse con los demás, una vez que estaban todos reunidos comenzaron a marchar con rumbo a la plaza del General Zabdí. Thomas estaba intranquilo, su abuelo le contó que una vez los jóvenes de una generación marcharon juntos a una plaza en Tlatelolco y fueron cruelmente asesinados, esto lo tenía intranquilo, pero no pensaba retirarse, no ahora, no esta vez.

Cuando llegaron a la plaza comenzaron el plantón, las pancartas fueron levantadas y los megáfonos empezaron a sonar con todo su poder, la estatua del General Zabdí pasó de ser una monumento a la libertad a una estructura perfecta para escalar y gritar exigiendo educación. Aún cuando Thomas seguía nervioso algo en todo esto le brindaba paz y tranquilidad, la plaza estaba cerca de su casa, lo que le brindaba cierta tranquilidad.

Todo parecía marchar según lo planeado, los medios comenzaron a llegar solicitando entrevistas que los chicos respondían felizmente, al poco tiempo apareció un BMW 325I negro del que bajaron el Secretario de gobierno y dos hombres más, él encendió un megáfono y comenzó a felicitar a los muchachos por su determinación y la capacidad de organizarse siendo un grupo tan grande, ademas les dio que pronto el presidente estaría con ellos para llegar a un acuerdo.

Thomas voletó a ver a Mattew y  a Scott, el organizador y líder del movimiento, ninguno de ellos pensaba creerse lo que ese sujeto estaba diciendo, por lo que decidieron comenzar a juntar a su gente para que no oyeran lo que estaba diciendo. Y así fue, Thomas reunió a los chicos de primer semestre, Mattew a los de tercero y Scott a los de quinto, nadie pensaba prestar atención a lo que ese sujeto decía.

De repente algo atrapó la atención de Thomas, algo se movía en los tejados, era justo lo que el y sus chicos temían, francotiradores de las fuerzas especiales del ejercito nacional, cada uno con un rifle MK5800, armas de precisión que disparaban rayos de luz con una temperatura tan alta que eran capaces de atravesar lo que sea. Thomas no podía creer lo que veía, esperaba estar equivocado.

Sin pensarlo dos veces lanzó un grito al cielo "¡Tlatelolco!". En cuanto finalizó todo mundo supo que hacer, comenzaron a correr para refugiarse, pero ya era demasiado tarde, los tiradores comenzaron a disparar, acabando uno a uno con las vidas de los adolescentes indefensos, era una total masacre, Thomas no podía creer que esa masacre que le contó su abuelo se estuviera repitiendo.

En la desesperación Thomas y Scott lograron llegar a un callejón que llevaba a la casa de Thomas, desde donde llamaron a Mattew, este comenzó a correr hacia ellos a la par que Thomas estiraba su mano para ayudar a su amigo, justo cuando sus manos se unieron, un haz de luz atravesó el cráneo de Mattew por las sienes y este cayó en los brazos de su amigo, era todo, había terminado para Mattew, estaba muerto ahora.

Desesperados Thomas y Scott siguieron corriendo, de repente algo sonó detras de ellos, uno de los tiradores dejó los tejados para perseguirlos, en su rabia, Scott le dijo a Thomas que siguiera corriendo, era obvio lo que Scott planeaba, vengar a su amigo, Thomas ínicamente asintió y siguió corriendo, se detuvo unos metros adelante, volvió la vista y pudo ver como el tirador tenía a Scott sometido en el suelo, este saco su arma y sin dudarlo le disparó, había terminado, Scott estaba muerto.

Thomas siguió corriendo, llegó a su casa y comenzó a buscar una vieja arma que su abuelo había guardado para estos casos, era aún de las que funcionaban con pólvora, pero serviría de algo, cerró la puerta y esperó, unos golpes comenzaron a sonar, cada vez eran más constantes y fuertes, se oyó un golpe más a la par que dos gritos se alzaron, luego se eso, silencio.

-Razor

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Días de antaño

Querida Alice
Nunca he escrito una carta, así que tal vez esto sea un poco extraño, tengo miedo pero a la vez siento que es necesario que la recibas. Mi nombre es Alex, para comenzar. Trabajo en el local 8, piso 3 de la plaza central. Tengo 20 años, estatura media, cabello desalineado, mirada penetrante y con un aspecto un tanto desagradable… La verdad no sé por qué te cuento esto pero esta no es la razón por la que te escribo.
Ayer trabajé hasta tarde, estuve leyendo algo que encontré en internet, el trabajo no era tan divertido como parecía, salí a fumarme un cigarrillo y fue ahí cuando te vi, entraste a la tienda con una seguridad que llamó tanto mi atención. No sé exactamente qué fue lo que llamó mi atención pero cuando te vi, sentí una sensación extraña. Me quedé paralizado, tiré el cigarrillo, me incorporé tan rápido como pude, fui al mostrador mientras tú mirabas la mercancía. -Todo fue como una mezcla de Terror y Emoción-. Te acercaste y te paraste frente al mostrador con la mercancía que llevarías, dijiste ‘’Hola’’, me percaté de que habías saludado y me quedé en silencio. Me maldije por eso.
Realmente estaba nervioso, ‘’¿Cuál es tu nombre?’’ –Pregunté con un tono de voz tembloroso-. Me alegro de haberlo hecho. Recuerdo que dijiste que te llamabas Alicia Abigail, pero que podría decirte Alice. Inconscientemente repetí tu nombre algunas veces en voz baja, me percaté que me mirabas un tanto extraño por hacerlo, me avergoncé y comencé a guardar más rápido y torpemente la mercancía. Al terminar, tomaste tus cosas, y antes de salir me dijiste con tu dulce voz -‘’Buenas Noches’’-.
Ha pasado una semana desde aquel día, no has vuelto a la tienda, intento que mi vida sea normal, levantarme, darme una ducha, comer algo e irme al trabajo, pero en cada cosa que hago no dejo de pensar en ese día, de tu dulce voz, tu aroma que dejas al pasar, es inevitable.
Es un nuevo día, estaba en el trabajo, todo marchaba como un día común y corriente hasta que te vi entrar, no sabía qué hacer, me puse a revisar las cintas de las cámaras de seguridad hasta que encontré una donde te veías, llevé la cinta a casa, creo que me empezaba a volver algo acosador, todos los días esperaba que volvieras.
El día siguiente volviste, y me decidí a hablarte, estaba nervioso, de nuevo;  ya en el mostrador lo hice –Hola Alice-, miraste algo extrañada -¿Hola?-, yo estaba nervioso –Tal vez no me conozcas, pero quiero que seamos amigos, te veo venir algo seguido por aquí-. Sólo te quedaste mirándome fijamente sin decir una sola palabra, tomaste tus cosas y te fuiste algo asustada.
Pasaron las horas y regresaste, te acercaste a mí –Hola, te pido una disculpa por lo de hace rato, sólo que no sabía que decir, estaba algo nerviosa-. Estaba emocionado y a la vez muy nervioso –No te preocupes-. Te sonreí intentando aparentar que estaba tranquilo, entonces le pedí su móvil.
Desde ese día comenzamos a hablar, pasaban los segundos, los minutos, las horas y no se nos terminaban los temas de conversación, creo que esto iba bien. Mi jefe no lo entendía, no le gustaba que descuidara mi trabajo así que me despidió. Rápidamente encontré un trabajo con un mejor sueldo…
Alice y yo seguíamos concurriéndonos. –Alice, tengo buenas noticias, ¡Me estoy mudando a tu departamento!, ¿Acaso no estás emocionada?, ahora podremos pasar todo el tiempo juntos sin que nadie nos moleste, todo será perfecto-. No habrá nada que nos separe, todo será como debe ser.
-Te he visto dormir toda la noche Alice, no he podido apartar la vista de ti. Te he preparado una sorpresa, toda la tarde me la he pasado dándole los toques finales, espero que sea perfecto. Has llegado a las ocho treinta como de costumbre, has visto la sorpresa, la carta que te he hecho, la has leído, vi que comenzaste a llorar violentamente, te dirigiste a mi armario y lo has puesto todo de cabeza. ¿Por qué lo has hecho Alice?, ¿Es que ya no me amas?, ¡¿YA NO ME AMAS ALICE?!

-Alice comenzó a hacer sus maletas, estaba algo confundido pero al fin lo entendí, ella ya no me amaba -Creo que te he causado muchos problemas Alice, Yo no he querido hacerlo, lo único que quería es que estuvieras bien. Fuiste la única persona a la que yo amaba. Mi única razón de vivir, cuando te conocí creí que al fin podría tener un último rayo de esperanza, pero lo arruinaste todo, ¿Cómo pudiste hacerlo Alice?, ¡¿CÓMO?! Con esto me despido de ti, fue un grave error comenzar algo que de antemano sabía que no tenía futuro alguno, adiós al tiempo, adiós Alice. 

-Neni de 38

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Toti y yo

Entre miles de cajas, lo único que recuerdo es que él me pidió que lo cuidara de un demonio, yo soy el protector de lo que parece ser un intento de amor que falló, dejando incompleta la labor, mi textura es suave, parece que emano un olor agradable a arándano sueco en inicio de Marzo a punto de ser retirado de su respectivo árbol, sigo sin entender nada, ¿Qué es lo quieren que cuide? ¿De qué lo tengo que proteger? ¿Cómo esperan que lo haga si no tengo ninguna arma? Alto, puedo escuchar cosas afuera, una voz de una mujer, que tono tan raro, está mi creador con su voz tan masculina y sus manos rodeando mi caja, alto de nuevo, hay alguien más, parece… un bebé.

-Por fin cumples con algo en la vida Rodrigo, llegas tarde como siempre; dice ella pero el creador se enfrenta; -No digas tonterías Sofía, te recuerdo que no estoy aquí por gusto, soy un padre que ama, ¿Dónde está Ulises? Le tengo una sorpresa por su primer año. Ella con desagrado responde –Subiendo las escaleras en su cuna, te dije que no animales, el bebé no tiene edad para mascotas y yo no tengo tiempo para cuidar animales. El creador soltó una carcajada y comenzó a agitar mi caja, me dio mareo y dijo –No animales Sofía, y si sé que no tienes tiempo ni para tú hijo pero si para tus estupideces sin remedio. El tono de la mujer cambio, su voz estaba rodeada por enojo, -Termina con esto y lárgate que tu presencia me da asco. 

Siento como el creador sube unas escaleras y entra a una habitación más cálida y con un olor peculiar a talco y aceite de olivo con naranja, ¡Qué delicia! ¿Este será mi hogar? No puedo esperar a quedarme. Veo la enorme mano con reloj de mi creador, me toma por la cabeza y me pone frente a una criatura similar a él, pero más pequeña y torpe, demasiado torpe diría yo, es decir, chorrea baba, está calvo, tiene ojos muy saltones, un cuerpo muy pequeño, es de mi tamaño para ser exacto, sus movimientos son tan tontos y ninguna de sus articulaciones parecen tener sentido de alineación.

El amo me mira y me dice: -Tu labor es protegerlo, mira el se llama Ulises y es la cosa más preciada que tengo en la vida, quiero que vivas con el lema que antes está él y luego tú, Toti, se viene algo grande y peligroso y tú serás el encargado de estar con Ulises. Yo como todo soldado no cuestioné su voluntad, me puso en una cama rodeada de barrotes, me gusta mi base de trabajo, veo como el amo abraza, le dice cosas tan dulces y tiernas, veo como juega con Ulises ¿Ulises? Mmm no me gusta, le diré Luli.

 Al ser una criatura al cual el amo adora con su ser, es su descendiente, es algo así como yo, somos una de sus creaciones pero por lo que veo le tiene más preferencia a él, le llena el cuerpo y la cara con besos, que desagradable, es decir el creador tiene vello facial, eso ha de raspar y, al juzgar la piel de Luli, se ve que es muy suave, juegan, Luli parece querer comunicarse con el creador, pero su lenguaje es tan escaso de registro y metalingüística, es que en serio sigo sin entender por qué él creador quiere tanto a una criatura como Luli, tan torpe y tonta.

El creador se ve tan feliz, demasiado, bueno si recordamos cómo hace unas horas discutía con esa mujer, que por cierto sigo sin saber quién es, mientras el creador parece compartir un momento muy intimo jugando con los accesorios que rodean la espaciosa y alegre habitación, mi primer deber como protector es ver mi base, valla es muy cálida ¿De qué se supone que debo proteger a Luli? Es decir no veo ninguna amenaza.

En medio de las risas, el creador saca una caja que emana un sonido muy estorboso para el ambiente, mira a Luli y su mirada cambia, de estar llena de luz, se apaga, de tener una sonrisa a fruncir el ceño, el creador cambió muy rápido de ánimo, tengo que destruir esa caja, cuando la tenga enfrente. Toma a Luli por la cintura, lo pega a su pecho, yo solo lo observo y cierra sus ojos.

Cachete con cachete Luli y el creador, veo una lagrima brotar de su mejilla, el creador no está bien, solo le oigo decir: ‘’Nunca serás un error en la vida de nadie, llegaste a llenar mi vida de alegría, hoy cumples tu primer año de vida y aún que no sea como yo lo anticipé para ti, quiero que algún día tengas el valor para perdonarnos a ambos por poner problemas superfluos antes que tu felicidad, te amo pequeño Ulises, prometo que vendré por ti y tu nuevo mejor amigo en cinco días y sé que no entiendes esto y mucho menos los llegues a recordar, volveré por ti hijo.’’

 Y el muy descarado de Luli soltó una carcajada en medio de las palabras del creador, que osadía, el creador me tomó con su otro brazo y me dijo –Toti, cuida a Ulises, es tu razón de existir, eres y serás siempre luz, por lo cual muy poca gente puede ver que tengas vida, es sólo por amor, no lo olvides, esa es tu mejor arma. A lo que le contesté -Así será amo. Entonces él nos abrazó a ambos, Luli me voltea a ver con sus ojos enormes y llenos de pestañas y se vuelve a reír, a veces creo que es muy insolente, finalmente el amo secándose sus lágrimas le da un último beso a Luli y nos coloca a ambos en la enorme cama con barrotes.

Lo escucho bajar , escucho los gritos del amo a la par los de la misteriosa dama, quiero ver que sucede pero solo alcanzo a salir de la cama con palos, el amo se sube a su transporte y se va, Luli parece no tener retención de nada lo que sucede, mientras tanto yo sí, parece que mi nuevo compañero es muy intencional y expresivo, me integro con él a la base, me abraza, es una sanción muy extraña, dejando a un lado su olor a talco, su piel tan tersa, los sonidos raros que emana, la baba que saca de la boca cada vez que se pone feliz, me veo y estoy emanando luz a la habitación, me gusta esto, a pesar de apenas conocerlo, me gusta la sensación de estar con él, ahora ya entiendo por qué el amo le llena de cariño.

Pasan las horas, Luli se duerme abrazado a mí, tengo una hermosa vista, verlo dormir me hace sentir bien, y aquí es donde me doy cuenta de nuevo la importancia de cuidarlo, a pesar de que no logro entender su comportamiento tan tonto, es imposible no quererlo, no sé, tiene algo.

Cae la noche y la dama misteriosa entra a la habitación, ella no puede ver que yo hablo o muevo, ella observa a Luli de una manera tan indescriptible, todo el mundo parece adorarlo, entonces mi tarea es más de lo que creo, sí, es muy preciado, pero sigo sin saber ¿Qué o quién quisiera hacerle daño a una criatura tan simpática como él? Nos toma a ambos, Ulises recién despertando me carga y a su vez la dama nos carga a los dos, nos dirigimos a la zona de alimentos en la planta baja, esta casa es grande, es decir somos solo tres habitantes para siete cuartos y tres plantas, bueno sin mencionar los árboles que la rodean, pienso y pienso, he leído de esto antes en el taller del creador.

Ellos son los padres de Ulises, solo que no como los demás tipos de padres, puede que esa sea mi razón, ¿Sofía? Ella parece demostrar odio hacia el creador Rodrigo, recuerdo retazos de sus peleas eran por falta de ‘’dinero, tiempo e interés’’ ahora entiendo el por qué de las emotivas palabras del creador a Luli.

Llegamos, Sofía nos coloca en una silla alta y extraña y saca del refrigerador un circulo color marrón, saca una caja como la del creador, y unas velas que coloca en el circulo comestible, es chistoso se pone a cantar y  a Ulises parece gustarle, le dice ‘’sopla’’ y el muy tonto escupe, muchas sensaciones para haber pasado una tarde con él, creo que se percató de mi burla así que en venganza me toma por el cuello y embarra sobre la comida.
No me ensucié mucho pero si me dolió, nos vuelven a cargar de regreso a la base, ella me coloca en el buró mientras hace cambios con la vestimenta de mi amigo, veo a ambos jugar, lo aman, es un sentimiento que no se ve todos los días, algo tan hermoso y puro que no logro comprenderlo del todo.

Así parecen irse los días tranquilos, unos parecidos con los otros, excepto por el último, Sofía no es la misma, ya no mira igual a Luli, lo que parecía ser amor se convierte en odio, no está en si, media noche y tengo un mal presentimiento, horas antes la he escuchado, romper vidrios y decir ‘’Nadie me lo va poder quitar, es mío, ojalá y te encuentren muerto Rodrigo’’.

Acompañado con su llanto, bajo a ver la planta, está desordenada, Ulises duerme, pero algo no está bien lo puedo sentir en mí,  jalo de su vestimenta y en lugar de llorar como siempre suele hacer de costumbre cuando alguien lo despierta me mira, me apresuro a sacarlo de su cama, lo consigo, nos ponemos adentro del clóset, y justo cuando nos entramos veo a Sofía, no es ella, trae una cuchillo de cocina, su cara llena de lagrimas, huele a alcohol , entra gritando :-Nadie va poder separarme de mi hijo, antes me lo llevó conmigo’’.

El pequeño Luli cambia su gesto, cielos creo que quiere llorar, si llora nos va a encontrar y es lo que no quiero que pasé, un abrazo, tan fuerte que ambos nos sentimos bien, pasan las horas, mi amigo se durmió, en un rincón, los llantos sin razón de Sofía cesan, comienzan a salir las primeras horas, hago una revisión a la casa, una sustancia roja recorre hasta la habitación principal, no quiero ir, solo quiero salir de aquí a ver al creador y llevarme a Luli, lo abrazó no dejo de hacerlo, ambos nos dormimos profundamente con espera de despertar en un lugar mejor.

Despertamos en brazos del Creador Rodrigo, nos dice que está bien, que no volverá a pasar. Actualmente Ulises tiene 20 años, seguimos hablando, recordar como Sofía desapareció le causa indiferencia, estaba muy pequeño, el creador está por ser abuelo y yo muero por verlo, ha sido mucho tiempo desde la última vez, hay tantas cosas que quisiera contarle.

-Neni de 38

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Bang Bang en la habitación.

En el pleno aposento de la cuidad de Chicago, que yacía hundida de miles de transeúntes haciendo sus labores cotidianas como cualquier otro día. Nadie podría imaginarse que el cortejo escolar que acompañaba a Bonnie, una estudiante de apenas 14 años, se dirigían hacia su miseria, caminado por las coladeras fétidas con olores desagradables como azufre que emanaban como fumarolas de volcán, roedores corriendo por sus vidas en los costados, mujeres con labios exageradamente rojos y vestidos que parecían asfixiarlas, gritos de todas personas en diferentes tonalidades diciendo palabras altisonantes, ¿Qué hacían un grupo de adolescentes en un lugar así? Bueno, pues nada, realmente así se pintan las calles de Chicago en estos días, exceptuando la zona de adinerados al norte de la cuidad donde nos podemos encontrar con un paraje completamente distinto.

Continuando su recorrido por las que parecían desagradables calles ambientadas, Bonnie y sus 3 amigos se percatan de que han llegado a un lugar sin salida, en los edificios este de la calle Noruega, desorientados se miran unos a los otros sin saber qué hacer, no habría problema alguno si se encontrasen solos pero este no es el caso. 

Alto,  complexión robusta pero no gorda, cejas gruesas, un aspecto que te es difícil de ignorar, amenazante, ropa rasgada y olor a lo que parecía ser pasto quemado, con dos AK-40 a los costados del pantalón, se les acerca, los mira, evalúa y se da cuenta de que probablemente todos tengan la misma edad, los ojos de arriba abajo en cada uno de ellos pero se detiene en Bonnie, se les acerca como si se tratase de un tigre asechando a una in defensa gacela y dice –Se ve que ustedes no son de aquí, no quiero saber el por qué un grupo de ilusos ronda por estos rumbos lo único que quiero es sus pertenecías que mami y papi les compran, todo al costal ¡No tengo tiempo para imbéciles, rápido!

Es entonces donde el tiempo se detuvo, Bonnie solo observa como aquel individuo saca la pistola y acomoda los diminutos y mortales casquetes, observa las caras de preocupación de sus acompañantes ¿Qué haría una chica de clase media, 1.65mts de estatura, castaña, delgada? Pues nada. solamente en pensar el por qué de la situación y de las miles de veces que había cruzado esos rumbos sin ningún riesgo, en cómo poder quitarle el arma a ese individuo que le parecía algo obsoleto, en cómo le haría para cuidar la cadena que le había regalado su padre antes de dejar a su madre, muchas cuestiones le llegaban a su pequeña cabeza, siendo sincero no sabría qué hacer en su lugar pero ella dejó un lado la razón y se abalanzó sobre él, apunto de disparar al pecho, un fuerte abrazo, lo suficientemente fuerte como para hacerle tirar el arma.

Con una bala mal dirigida, con nuevo destino al ventanal del balcón de los residentes de aquella zona, un abrazo tan fuerte que juntó las piezas que el mismo desamarró, un abrazo a alguien que parecía ser desconocido, consternados ante esto los demás corrieron sin esperar respuesta de alguna parte, corrieron despavoridos. 

Con la mano todavía en el aire, con un gesto, sin saber qué hacer ante una situación que nunca había experimentado en toda su corta vida como asaltante de primera ¿Quién quiere un héroe que salve el día? Un abrazo basta, ella lo soltó, ambos se miraron sin saber qué hacer, Bonnie reaccionó por instinto, y que instinto tan extraño, es decir cuando alguien a quien nunca en la vida te has encontrado te apunta con una arma te apunta tienes 2 opciones, enfrentarlo y correr el mayor riesgo o ceder ante sus órdenes, no abrazarlo, con una mirada desconcertada  se dirige a él -¿qué te sucede? A lo que ella contesta –No lo sé, simplemente pensé que sería buena idea, es decir el amor le da fin a las guerras. 

Iracundo ante las palabras de la chica se aparta, toma su pistola, se  abstiene de cualquier acción y da la vuelta, ella, quien internamente estaba muriéndose de la pena se encuentra sola en el callejón y es ahí donde se da cuenta que los acontecimientos pasados trajeron consigo atención indeseada, los vecinos parecían haber llamado a la inútil pero necesaria policía local, así que opta por salir del lugar sin cuestionar  más nada. 

Corriendo entre las calles, tan confusas, años de pasar por el lugar que en unos momentos se transforman en una crisis de nerviosismo, la falta de atención la lleva a un lugar el cual sólo había visitado una vez en su estancia en la cuidad, dejando atrás la latente preocupación por no querer ser atrapada por los vecinos o por que la patrulla la  rodee, se da la media vuelta y respira una bocanada lo suficientemente fuerte como para tranquilizar un poco el palpitar de su corazón, siente que la miran, una mirada, busca entre las vías del tren de donde proviene, llega a su destino y no es nada más que el mismo que la había abandonado y sacado de su pensamiento.

Nuevamente, ella opta por acercársele, pareciera que el concepto de ‘’no quiero saber ya más nada de ti’’ no le había quedado claro, prosiguiendo su paso, mirándolo directamente a sus ojos continúa dando pasos hacia él, frente a frente, sin nada que perder más de la cuenta la pequeña Bonnie se acerca y le dice -Mira, lo que pasó hace un momento no fue cuestión mía solo fue una reacción hacia lo que tu hacías, no quería meterte en más problemas ¿Qué te parece si iniciamos de bueno y esta vez bien?¿Cómo te llamas? a lo que él contestó  -No te diré mi nombre, sería demasiado, pero dime Señor R, mis asuntos no los trato con alguien como tú, la típica niñita de ‘’papi paga todo’’ solo das pena, y he de apostar que ni siquiera sabes dónde estás y solo te acercaste para que te regrese.

 -Se perfectamente dónde estoy y me acerqué por que tu caso me da mucha pena, que alguien como tú, de mi edad porte un arma y no estudie, es decir, la cuidad está hundida y en lugar de querer sacarla adelante optas por el camino fácil queriéndote hundir con ella, simplemente debo decir que me das pena.

Sin decir más, Señor R y Bonnie caminaron de regreso a aquel callejón, teniendo una placentera platica entre ellos, no era amor, simplemente una sensación de hogar, como si esa persona la conocerías de toda la vida, tema nunca les hizo falta, camino corto en su defecto, caminaron lento y a la par el uno del otro, nunca tropezaron, una plática común y corriente, miradas fijas el uno sobre el otro, era una fiesta de química a nivel sentimental, es como algo extraño y al mismo tiempo interesante, al llegar notaron que solo fueron diez minutos.

Diez minutos que parecieron para ellos como toda una tarde de café, se dieron la información fundamental, la necesaria, argumentaron varias cuestiones entre ellas, su familia, sus respectivas situaciones, lo más extraño es que él nunca dio su nombre, el simple hecho de caminar por las polvorientas calles que parecían hechas de papel le causó un efecto tan fuerte, un día descabellado para ambos, llegaron a su destino estaba ya por atardecer, no se querían ir, se podía notar en sus expresiones, querían quedarse más tiempo, dos personas queriendo conocerse y no de una manera común, un acontecimiento que, ante los ojos de Chicago, es completamente normal.

Al día siguiente en la escuela de Bonnie, sus compañeros no paraban de comentar y cuestionarla sobre los acontecimientos, atosigada y agobiada, ella esperaba un poco de comprensión por parte de sus amigos, resultando todo lo contrario. Pasaron las horas y todo parecía correr como de costumbre, el transporte público ya estaba ahí listo para recoger a los estudiantes y dejarlo en rutas cercanas a su casa, al ser un servicio gratuito era de esperarse.

El señor R con un aspecto más agradable le cerró la cerradura del camión así impidiendo el paso a Bonnie para abordar al camión. El conductor les dijo –Déjense de tonterías, la muchedumbre tiene sueño, quieren dormir y si ustedes no, es su problema y no estorben. Ambos sin más que hacer se saludaron como de costumbre. -¿Cómo me encontraste? Dijo Bonnie. –No, tú me encontraste a mí y ahora quiero saber más de ti, no te vas a deshacer de mí, lo siento por tu caso.


Entonces más palabras, más allá de la derecha, morir por su amor, más allá de la vida dulce como una pieza de Jesús, más allá de hielo, no les me importa si les dan lo único que tienen es toda una vida de si, como los opuestos se atraen, lo que al principio no tenía forma alguna, terminó por transformarse en algo completamente opuesto, se enamoró con el malo, el chico malo con un pasado hundido en miserias, ella era una chica buena hasta después de conocerse. 

Celebran su unión, vestidos de blanco, mientras se hunden en un solo cuerpo pueden escuchar las patrullas rondar, armas bañadas en sangre ajena e inocente, ya no hay vuelta atrás, ninguno de ellos dos, ni Bonnie ni Clyde piensan ceder, cuando ellos están uno con el otro no hay nada que perder, ¿Quién quiere un cuento de hadas que hable de amor? De todos modos sabemos a dónde terminan. 

Mami y Papi van por vigésimo golpe de estado y esta vez primero van a comenzar por "LaSalle Bank National Association"; si crecer bajo los últimos suspiros de la gente que mis padres decoran a su gusto con casquetes calibre 50, o ser alimentado en una patrulla por mis tíos con sus supuestas amigas y únicos amores ‘’Blanca Nieves y Mary Jane’’ o juguetear con mis amigos imaginarios que mami y papi tenían amarrados al sótano, bueno al final terminaban por dormirse para no despertar hasta el tercer día, diez años, me llamó John Herbert Dillinger y para mi pequeño pero interesante juicio espero no seguirles la pista a mi papás, la vida es más que matar y robar dinero. 

-Neni de 38


Los restos unidos.

Había una vez una escultura que vivía en un museo, vivía con todos los malos tratos de las personas. Una vez llegó una escultura semejante a él, con sentimientos muy honestos, una mentalidad impresionante y una tolerancia magnífica, era simple y sencillamente una de las mejores esculturas que había visto jamás.

Cuando el museo tuvo que hacer una gran remodelación nuestra escultura tuvo que ser trasladado hasta China, mientras que su alma  gemela seguía en México, después de meses el se empezó a desplazar de país en país junto con las exposiciones de este museo. Cuando la exposición lo llevó a regresar al museo de México la otra escultura ya no estaba.

Tanta fue su desesperación por buscarla que en sus intentos logró mover sus ojos y pudo observar que alrededor de él no había nada, ni siquiera un rastro de ella, así que cuando quiso ir a ver el lugar más a fondo para buscarla consiguió mover su pie derecho hacia enfrente, desafortunadamente al hacer esto cae y se deshace en el suelo, quedando sólo su cabeza, volvió su rostro hacia la puerta y logró ver una silueta, él sabía perfectamente quien era.


Ella ya podía caminar y moverse por todo el museo, así que, al verlo a él destrozado en el suelo, caminó lentamente hacia el y se tiro para deshacerse también y que, de esa manera sus restos se juntaran por siempre, para que nada los volviera a separar, ni la distancia, ni los deseos de los hombres.
-EspíndolaK

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